sábado, 6 de septiembre de 2008

Septiembre...

Aún no me acostumbro a la rutina del trabajo, echo de menos los días de vacaciones y mis anarquicos horarios, asi que me paso los días perezosa y aburrida, deseando llegar de la oficina a casa.
Al menos ahora en la oficina el clima es más jovial y distendido, parece que no hay tan mal rollo como meses atrás, supongo que también influye que he dejado de estar tan encerrada en mi misma sin apetecerme hablar con nadie y que intentó ser más superficial, soportar charlas estúpidas que no me interesan lo más mínimo pero mostrarme receptiva y compartirlas, y supongo que hasta estoy simpática con alguno que antes no soportaba ni ver.
Pasado el pequeño bache de días pasados he logrado volver a sentirme más animada y creo que he conseguido esta semana no pensar mucho en ese tema.
Lo cierto es que incluso pienso que si existiera una oportunidad para retomar esa relación huiria en estampida porque no quiero volver a pasar por todo lo que pase ni que esa persona vuelva a hacerme sufrir, ahora supongo que ya no idealizo lo que viví y soy más consciente de todas las carencias, de todas las cosas que no me gustaban de él y espero que la balanza se siga inclinando hacía ese lado y no al lado de echarle infinitamente de menos como días y meses atrás...
En todo caso hay demasiadas cosas que no podría perdonarle.
Me he dado cuenta que durante todo este tiempo yo no habría sido capaz ni de exigirle que me pidiera perdón, porque todo se lo disculpaba, lo justificaba y me hubiese dado igual todo con tal de volver con él...Ahora no.
Es la primera vez en muchos meses en la que por fin soy consciente de todo lo que él obró mal, de muchas cosas incorrectas y de que incluso me costaria mucho confiar en él otra vez y que ni siquiera es tan fácil como pedir perdón para subsanarlas.
Así que la imagen que tengo de él ahora es la de un niño malcriado y caprichoso que no valora ni el daño que hace a otras personas, le considero un perdedor en muchas facetas de su vida, y eso tampoco me gusta ya de él.
Antes me sentía como la madre Teresa de Cálcuta,sintiéndome obligada y responsable de ayudarle a salir de su pozo...Ahora ya no.
Por fín llegué al punto dónde me da igual lo que haga con su vida ni pienso que yo tenía que rescatarle de nada, aunque bien que se aprovecho de mi buena voluntad...
Creo que por fin es agua pasada, soy capaz de no sentir ya ni rencor, ni impotencia, ni tristeza, quedo un sabor amargo,eso es todo...Y mi prioridad ahora es sentirme viva y ser capaz de volverme a ilusionar...Durante meses me cerré incluso a esa posibilidad, ahora ya no...Deseo sentir...vivir...ilusionarme...

No hay comentarios: